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El desplome y posterior implosión de la Unión Soviética, a finales de los años 80, provocó el nacimiento de numerosas repúblicas en el entorno ruso durante la primera parte de los años 90, tanto en la zona europea como en la asiática. Si en el Viejo Continente nos han quedado países como Lituania, Bielorrusia o Ucrania, en la parte asiática tenemos a las repúblicas túrquicas, fácilmente reconocibles por terminar casi siempre en el sufijo –istán. Hoy vamos a concentrarnos en una de ellas, Kazajistán, posiblemente una de las más populares y conocidas dentro de ese grupo, el noveno país con mayor extensión del planeta, y un lugar de contrastes donde las ciudades cosmopolitas y tremendamente occidentalizadas se combinan con grandes estepas desérticas, taigas y lugares naturales que son uno de sus reclamos para los viajeros más aventureros.
Kazajistán, cuya capital es Nursultán, tiene como ciudad más poblada e importante a la moderna Almaty, una urbe que podríamos encontrar perfectamente en cualquier país europeo. Su diversidad étnica y religiosa también es fascinante, y eso ha provocado que Kazajistán se convierta en una nación tremendamente popular, no muy visitada por la mayoría de viajeros, que suelen preferir concentrarse en Rusia, Mongolia o China, pero que supone una grata sorpresa para todo aquel que se aventura a disfrutar de sus tierras. Si estás pensando en viajar a Kazajistán pero tienes dudas, nosotros vamos a intentar resolverlas en este artículo, ayudándote a conocer un poco mejor cómo son las cosas en esta república exsoviética, la última de ellas en independizarse, de hecho.
Lo primero que seguramente hagamos en Kazajistán sea visitar la ciudad de Almaty, que aunque no es su capital, si es la más poblada e importante de todo el país. Aquí te sentirás como en casa y no notarás diferencia con otras grandes ciudades europeas. Rodeada de espectaculares lagos y montañas, la ciudad se está convirtiendo en un auténtico reclamo turístico en los últimos años. Kazajistán posee además una gran variedad de entornos naturales que podremos visitar y conocer a fondo, gracias a la infraestructura de carreteras y sobre todo, de trenes, que van de una ciudad a otra. Desde visitar el Mar Caspio, en el suroeste del país, hasta perdernos en la estepa donde hace no mucho se realizaban experimentos nucleares, o visitar el Cosmódromo soviético más importante. Es un país para viajeros curiosos que quieran conocer “cosas raras”.
Kazajistán es una nación joven pero que va creciendo de forma constante, sobre todo gracias a sus recursos naturales, desde el petróleo a los minerales, convertido así en un país más o menos rico. Eso, sin embargo, no se refleja en sus precios. Es un país bastante barato cuando llegas desde Europa o Estados Unidos, ya que puedes hacer viajes en tren por tres o cuatro euros, o dormir en una habitación privada de hotel por apenas doce. El transporte por carretera no es malo del todo, pero en muchas ocasiones, para cubrir las distancias tan grandes que hay entre ciudades, lo mejor es el tren. Como decimos, los billetes son muy baratos, incluso en trayectos de muchas horas, y puedes moverte por todo el país de una manera eficaz y diligente.
La diversidad étnica de Kazajistán ha hecho que el país sea relativamente abierto y tolerante, especialmente con la gente que viene de fuera. Mayoritariamente musulmanes, lo cierto es que no llevan tan al extremo su religión, y la viven de una manera bastante cómodo y poco ortodoxa. Kazajistán tiene fama además de ser un país tremendamente corrupto, donde todas las instancias del poder se llevan parte de un generoso pastel que nunca llega a la sociedad de a pie, salvo por las migajas. En cuanto a la gastronomía, su cocina no es precisamente reconocida en todo el mundo, pero hay varios platos que pueden ser interesantes para probar, como guisos y carnes. El plato más típico es el beshbarmak, a base de verduras, patata y carne de caballo, con un poco de caldo. La comida no es exquisita, pero al menos sí que es barata.
Dependerá, por supuesto, de lo que vayas buscando, porque si quieres conocer el clima más intenso del invierno kazajo y pasear por la nieve, lo mejor son los meses de noviembre a febrero. Sin embargo, si tu intención es dar vueltas por el país para conocerlo a fondo y estar con temperaturas medianamente aceptables, te recomendamos acudir en verano, cuando la temperatura media se eleva por encima de los 20 grados y suele hacer días muy agradables para salir a pasear por las ciudades o por la naturaleza. Si de todas formas prefieres el invierno, más te vale prepararte bien para el frío, porque sus temperaturas están siempre por debajo de los cero grados, y a muchos les cuesta adaptarse a un clima tan extremo, al menos al principio.
Los occidentales solemos mirar con recelo a esas repúblicas ex soviéticas, sobre todo a las asiáticas, ya que pensamos que son países anclados en los 90, donde la corrupción lo domina todo. Y aunque hay algo de eso, y de hecho podemos sufrir algún que otro intento de chantaje por parte de las fuerzas de seguridad en casos aislados, lo cierto es que Kazajistán sí que es un país muy seguro para viajar, donde suelen acoger muy bien a los turistas, no suele haber robos ni atentados, y la seguridad en las ciudades más grandes es adecuada. Cada cuál tendrá su propia visión de lo que es la seguridad, pero desde luego, Kazajistán no debería entrar en ningún ranking de países peligrosos, ni siquiera en esta zona de Asia Central, donde hay otros destinos más complicados.