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Publicado el 18 abril, 2022 por Laura Ortiz

La relación entre el yoga y el sexo

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El interés de Occidente por ciertas culturas y tradiciones orientales se ha puesto muy de manifiesto en el pasado siglo XX. Hasta ese momento, los europeos y americanos seguían considerando que aquellas culturas orientales, tan diferentes a las suyas, eran atrasadas y exóticas, pero no funcionales. Sin embargo, ya en tiempos de Marco Polo se demostró que tender puentes entre Oriente y Occidente era una manera inteligente de generar una visión más global. Los orientales, según nuestra perspectiva, suelen ser más espirituales, aunque no forzosamente religiosos. Creen en las energías, en las fuerzas invisibles, y esto se demuestra en prácticas como el reiki o el yoga. Para el budismo y el hinduismo, el concepto de energía o khi es tan real como nuestra propia forma física, así que hay que aprender a cuidarlo y a controlarlo de la mejor manera posible. Es así como nace el yoga, hace miles de años, entre el Himalaya y la India.

Esta práctica se ha reconocida en todo el mundo en las últimas décadas, pero hasta entonces era algo desarrollado exclusivamente por los hindúes. De hecho, se puso de moda en los años 60, cuando el interés por el mundo oriental creció en los países occidentales. Para los hindúes, el yoga es una forma de conectar con uno mismo, con su fuerza interior, y de aprender a controlar la mente a través del cuerpo. Existen diferentes versiones, aunque en Occidente la más reconocida es la de Hatha Yoga, o yoga corporal. A través de diversas posturas, la persona es capaz de concentrarse mientras lleva a cabo los ejercicios. No se necesita de una especial resistencia o físico al principio, porque precisamente el yoga sirve para generar esas ventajas corporales. Ayuda a mejorar nuestra concentración, nuestra respiración y nuestro tono muscular. Y por si fuera poco, el yoga también se ha relacionado, según algunos estudios, con un mejor rendimiento sexual. ¿Es esto cierto o solo una forma más de vender cursos de este tipo? En este artículo vamos a indagar con lo que dice la ciencia, y las pruebas existentes sobre la relación entre el vigor sexual y el yoga.

El yoga, una práctica milenaria

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Los más arriesgados afirman que el yoga es una práctica con más de 5.000 años, es decir, que es casi tan vieja como nuestra forma de vida en sociedad. Seguramente no haya referencias tan antiguas, pero está claro que existe desde hace mucho tiempo, y su forma original sigue siendo más o menos la misma de la que nos ha llegado. Una clase de ejercicios de estiramientos y posturas que incide no solo en la parte física, sino también en la mental. Porque cuerpo y mente deben ser lo mismo cuando practicamos yoga, para que uno y otro puedan combinarse de manera correcta. Esa práctica está relacionada también con la new age y con las nuevas tendencias espirituales, pero eso no significa que cualquier persona pueda disfrutar del yoga, crea en ello o no.

Sus beneficios

A estas alturas seguro que conocerás de sobra los beneficios del yoga, incluso aunque no lo practiques. A nivel físico, el yoga es un ejercicio que nos ayudará a mejorar nuestro equilibrio, nuestra resistencia y nuestro tono muscular. Las posturas que se realizan se conocen como yogasanas, y normalmente se llevan a cabo de más fáciles a más difíciles, ganando en el camino mucha flexibilidad. Los beneficios también son importantes para nuestra zona abdominal, por ejemplo, que hay que contraer en numerosas ocasiones para realizar estas posturas. No llegan a ser como ejercicios de fuerza, pero está claro que tienen esa función de mejorar nuestro cuerpo a la vez que se mejora también la mente.

A nivel mental, de hecho, los beneficios son aun mayores. El yoga nos ayudará a mejorar nuestra memoria, al tener que utilizarla para recordar cada movimiento y cada postura. También a aprender a meditar, a despejar nuestra mente de todo lo que nos rodea y concentrarnos solo en respirar, por ejemplo. Esto puede ayudar a muchas personas que sufran de estrés o ansiedad, otorgándoles una herramienta muy útil para afrontar ese tipo de crisis cuando se produzcan. El yoga ayuda a frenar la creación de cortisol, que es la hormona que provoca el estrés, y mantiene el cerebro fuerte y sano durante más tiempo. Además, es el primer paso para muchos antes de inmiscuirse en las tradiciones orientales milenarias, que pueden abrir nuestra mente a nuevos horizontes vitales.

Yoga y sexo, una combinación ganadora

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Pero aquí no hemos venido a hablar de los beneficios que todos conocemos a la hora de hacer yo, sino de la relación de esta práctica con el sexo. ¿Existe de verdad dicha conjunción? Según los últimos estudios, realizados eso sí a grupos muy concretos, el yoga ayuda a tener una vida sexual más intensa y disfrutable, especialmente a personas de cierta edad. Cuando perdemos el vigor natural de la juventud y tenemos que entregarnos en la pasión y el vicio sin tanto ímpetu, una ayudita siempre es buena. De hecho, en hombres con disfunción eréctil, el yoga se ha demostrado como una alternativa solvente y no farmacológica al proxac, el medicamente habitual quye se receta en este tipo de casos.

No ocurre solo con los hombres. Las mujeres que practican yoga también afirman tener una vida sexual mucho más intensa y satisfactoria. Esto tiene que ver no solo con las facilidades que el yoga aporta a nivel físico, como mayor flexibilidad y mayor resistencia a la hora de hacer ejercicio. El sexo, aunque de aquella manera, también es un ejercicio físico intenso, y estar habituado a estas posturas y prácticas nos ayudará a mantener mejor el vigor. Lo mismo ocurre con los procesos mentales. Sabremos concentrarnos mejor, focalizar nuestra atención en el placer y en nuestra pareja. De hecho, para algunos el yoga es el primer paso hacia el sexo tántrico, con el que comparte ciertas ideas y prácticas.

Las escorts y sus posturas especiales

Como no podía ser de otra forma, las profesionales sexuales de portales como valenciaxx también han sabido explotar las ventajas del yoga. Estas chicas han entendido que, para su trabajo, este tipo de prácticas son perfectas para ganar elasticidad y resistencia. De hecho, utilizan las propias posturas como si fuera una versión light del kamasutra, una técnica por cierto también de origen oriental. Las chicas que conocen estas posturas y están habituadas a practicar yoga son luego las favoritas de aquellos hombres que están deseando practicar posturas nuevas y exuberantes. Es por eso que tenerlo en el currículum sexual siempre suma puntos.