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Estamos viviendo un momento realmente histórico, aunque no sea para bien. Desde la Segunda Guerra Mundial, el planeta no se enfrentaba a una amenaza global como esta. De hecho, la expansión del virus Covid-19, conocido popularmente por el nombre de la enfermedad que provoca, Coronavirus, ha sido brutal en las últimas semanas por todo el mundo. Para cuando los gobiernos han intentado tomar medidas drásticas, como el cierre de fronteras, ya era demasiado tarde. El virus ha ido viajando desde China a otros muchos focos, extendiéndose en países como Alemania, Italia o España, y provocando decenas de miles de contagiados y muchísimos muertos, en su mayoría personas mayores o con alguna patología previa.
Marzo ha comenzada con esta noticia tan importante que sin duda marcará un antes y un después. En Italia y España los ciudadanos ya están confinados, en cuarentena, y saliendo lo estrictamente necesario a la calle. Se han reducido a la mitad los trenes y los vuelos, y la actividad por carretera está bajo mínimos. El coronavirus ha provocado un cambio de paradigma repentino, y uno de los sectores que más se verán afectados es el del turismo. La gente no puede salir de casa, así que es imposible viajar. Miles de vuelos cancelados, con sus respectivas habitaciones de hotel, entradas para atracciones… El golpe sobre el turismo será absolutamente descomunal, y el sector tendrá que enfrentarse a una crisis que amenaza con cambiar por completo el panorama.
El llamado Covid-19 es el nuevo virus que está expandiéndose como la pólvora por todo el mundo, y que se encuadra dentro de la categoría de los coronavirus. Al ser el primer que está afectando de manera tan drástica al ser humano, ha recibido el nombre general de Coronavirus, más sencillo de recordar. Es un virus que puede contagiarse a través de la saliva, los fluidos en incluso el aire. Su tasa de mortalidad y de propagación supera a la de la gripe, por ejemplo, y de ahí su peligrosidad, especialmente para personas que ya tuvieran patologías previas, con problemas inmunológicos, como las personas mayores. El virus suele mostrar algunos síntomas, como fiebres altas, sequedad en la garganta y tos seca, aunque muchas personas pueden pasarlo y transmitirlo sin presentar dichos síntomas.
Aunque todavía hay muchos países que han mantenido abiertas sus fronteras, incluyendo el espacio aéreo, el turismo nacional e internacional está sufriendo uno delos mayores varapalos de toda la historia, ya que no se trata de una crisis concreta y limitada a un territorio, ni siquiera a un sector de la población. Las limitaciones de movimiento de personas han hecho que muchos suspendan los viajes que tenían previstos. Se han anulado millones de reservas, apenas salen buenos, y las ciudades más turísticas del mundo, como Venecia, Roma o Barcelona, han quedado prácticamente vacías, por el temor de la población a esta nueva pandemia. El golpe puede ser crítico para una industria que además era un motor indudable en la economía española, y se va a dejar sentir por mucho tiempo.
Aunque la recomendación absoluta es quedarse en casa para evitar la propagación del virus, es cierto que hay determinados países donde el Covid-19 no supone una amenaza tan grande. Por ejemplo, Rusia ha conseguido limitar muchísimo su expansión, gracias a unas medidas férreas. Los países nórdicos, como Noruega y Finlandia, también han conseguido mantener a raya la expansión del virus, haciendo caso a las recomendaciones que llegaban desde los demás países, donde la enfermedad ya se había expandida bastante. África es, curiosamente, otro de los lugares donde el virus no se está propagando demasiado, tal vez por el calor que afirman que puede matarlo más rápidamente. La mayoría de países, sin embargo, ya no aceptan vuelos desde España, por miedo a los posibles contagios que los viajeros 3españoles puedan llevar para allá.
Hay ciertos países y ciudades que son epicentros de esta pandemia. En China, por ejemplo, la situación ya se ha podido controlar después de casi dos meses de confinamiento. Ahora es Europa la zona más afectada, con el principal foco en Italia, un país que no supo actuar a tiempo contra la pandemia y que a día de hoy ya cuenta con más muertos que China. Ciudades como Venecia, Roma o Milán han quedado completamente desiertas, con todo el mundo encerrado en casa, y aun así parece que el problema puede ir para largo, llegándose a los más de 100.000 afectados en aquel país a finales de esta semana. En España, los principales focos están en Madrid y La Rioja, lugares donde se han contabilizado miles de casos y decenas de muertes ya por este virus. Estos lugares están prácticamente sitiados, y es complicado entrar o salir de ellos.
Como es natural, la situación ha provocado un aluvión de cancelaciones en hoteles, vuelos y demás, hasta el punto de que muchos espacios hoteleros han decidido cerrar. Las ciudades más turísticas están casi cerradas, no hay restaurantes, no hay museos, no hay movimiento ni vida de puertas para afuera, así que incluso los turistas que tenían previsto venir a Europa y no le tienen tanto miedo al virus, porque en América, por ejemplo, todavía no se ha llegado a estos niveles europeos, han decidido posponer o cancelar sus vacaciones. Las aerolíneas y hoteles están tratando de capear como pueden la situación, flexibilizando las reservas para poder cambiarlas y así no perder clientes, pero lo habitual es que se cancelen. No se sabe cuánto durará la situación, pero parece poco probable que se pueda viajar normalmente antes del verano.