Blog sobre viajes y deportes
A pesar de todos los estudios que se han realizado, y de los consejos y advertencias de los expertos, todavía hay muchas personas que no sacan tiempo o ganas para hacer deporte. No se trata de llegar a ser un profesional o estar todo el día metido en el gimnasio. Ni siquiera es necesario, como muchos piensan, realizar actividad física cada día. En realidad, un entrenamiento bien dirigido a nuestros objetivos, constante y con buena técnica, será suficiente para dejar atrás las costumbres sedentarias. Esto favorece no solo a nuestra apariencia y forma física, sino también mental. Los beneficios de hacer deporte son bien conocidos por todos, pero es cierto que a veces nos pueden las ganas de quedarnos en el sofá sin hacer nada. Esto puede convertirse en un problema, especialmente cuando vamos cumpliendo años y perdemos más y más forma física. Porque cada vez es más complicado estar en un estado óptimo de forma llegados a cierto punto. El rendimiento sexual, de hecho, también tiene que ver con nuestra forma física.
Y no aludimos solo al hecho de tener un mejor cuerpo para llamar más la atención de potenciales parejas sexuales, sino a la propia intensidad y disfrute del acto. La relación entre deporte y rendimiento sexual también se ha estudiado de forma profusa en diferentes épocas, con unas conclusiones muy similares: el sexo siempre es mejor cuando hacemos ejercicio. Esa vitalidad que nos aporta el estar acostumbrados al esfuerzo físico, la resistencia ganada con la actividad deportiva, será clave a la hora de disfrutar más del acto sexual. Se da el caso, por ejemplo, de los deportistas profesionales que, horas antes de un partido, se imponen un celibato total para no desgastarse físicamente en el acto y guardar todas esas energías. La relación entre el sexo y la energía vital es muy antigua, y aunque nuestros antepasados tenían teorías bastante peregrinas al respecto, algunas han dado en el clavo. Especialmente en el caso de los hombres, la vitalidad sexual se puede mejorar e incluso perfeccionar a través del ejercicio físico. Y en eso es en lo que vamos a profundizar en el artículo de hoy.
Si tuviéramos que resumir todo el texto en una sola frase sería la de este título. Cuando hacemos ejercicio de forma continuada y la actividad física se convierte en algo habitual para nosotros, el sexo se vuelve mucho mejor. De hecho, la vida en general suele mejorar gracias a esa actividad física recurrente, en todos los aspectos. La salud se beneficia de nuestra movilidad, de esa manera más sana de enfocar la vida, siempre que el ejercicio sea equilibrado a nuestras condiciones físicas. El placer sexual es una parte importante también de esa salud, tanto física como mental, porque en el fondo todo está en el cerebro. Y si necesitas una razón para empezar a ponerte en forma, disfrutar más del sexo puede ser el gancho perfecto. Son todo ventajas, como puedes comprobar.
Entonces, ¿por qué nos cuesta tanto hacer ejercicio? Hay expertos que apuntan a una teoría evolutiva que nos hace recurrir a nuestro instinto de supervivencia. En el pasado, el ser humano no tenía un acceso tan directo a alimentos y provisiones. Solía vivir más al día, o sobrevivir más bien. Es por eso que el propio organismo animaba a nuestros antepasados a no gastar energía de forma arbitraria. Corre cuando estés huyendo de algo, levanta peso cuando lo necesites, pero no por “afición”. En todo este tiempo las cosas han cambiado muchísimo, pero nuestro organismo sigue manteniendo esa idea grabada a fuego. Hay que ser pragmáticos y no malgastar la energía. Por eso el sedentarismo está tan admitido a día de hoy, más con todas las ventajas que tenemos en casa.
Pero, ¿qué ocurre si caemos en la tentación de vivir de forma totalmente sedentaria? Los problemas de este tipo de vida los estamos empezando a notar en las generaciones del baby boom. A partir de mediados del siglo XX, los trabajos se hicieron menos duros, más livianos, en oficinas, en recortes de jornada laboral… El esfuerzo requerido para ganarnos el sustento era menor, y eso ayudó también a que tuviéramos más libertad a la hora de descansar. Los trabajos sedentarios se han impuesto definitivamente con le revolución tecnológica, y ahora podemos pasarnos horas sentados frente a una pantalla. Eso afecta a nuestro organismo, que se malacostumbra a no tener una actividad física siquiera mínima. Los famosos 10.000 pasos al día que muchos deciden llevar a cabo solo a última hora, cuando descubren que no han andado ni la mitad en un día normal.
¿Qué es lo que nos aporta la actividad física de forma clara e inmediata? Lo primero, bienestar mental. Tal vez tengamos agujetas el primer día que vamos al gimnasio, pero nos sentimos felices y satisfechos. Al poco tiempo comenzamos a notar cómo nuestro cuerpo se va adaptando a esa nueva rutina. Ya no cuesta tanto hacer deporte, porque hemos ganado en vitalidad y resistencia. Y a la hora del sexo eso también se nota. Aguantamos más, tenemos mucha más fuerza y entrega a la hora de realizar ciertas posturas… Si además practicamos yoga, pilates o alguna otra actividad que implique flexibilidad, la mejoría será aún más patente. No es casualidad que muchas amantes profesionales y actrices eróticas sean unas auténticas apasionadas del fitness y el deporte. La actividad física les permite disfrutar mucho más en su trabajo, y es algo a lo que cualquiera tiene acceso.
Si quieres enfocar tu ejercicio físico no solo a estar en forma, sino también a darlo todo en la cama con tu pareja, hay algunos ejercicios que son especialmente buenos para ello. Y no hay que empezar con algo complicado, de hecho. Salir a caminar o a correr puede ayudarnos, sobre todo al principio, a ganar forma física. Quemaremos calorías y ganaremos fondo y resistencia, para tener mayor aguante a la hora de la verdad. El ejercicio llamado comúnmente cardio, que también incluye el spinning o la bici estática, está enfocado precisamente a mejorar esa resistencia.
Es vital para conseguir nuestros objetivos en la actividad física, pero también para mejorar nuestro desempeño sexual. Aguantaremos más y mejor, y eso es lo que cuenta. Los ejercicios de fuerza, los que sirven para ganar masa muscular, típicos de gimnasio, también nos ayudarán en el rendimiento sexual. La resistencia que nos aportan estos ejercicios nos hace estar mucho mejor a la hora de afrontar el sexo, especialmente en posturas algo menos habituales. El deporte, así en general, funciona también como una de las mejores formas de quitarnos de encima el estrés, y eso lo relaciona también con el sexo. No es casualidad que, al realizar una actividad física o sexual, el cerebro genere hormonas que nos hacen sentir un gran chute de felicidad. Ganaremos en forma física y disfrutaremos más del placer, en una combinación perfecta.